No se puede ser más original, el mayor inconveniente es que tienes que trasladarte hasta la ciudad canadiense de Quebec, ciudad que conozco y personalmente me encantó, para mi gusto en un Paris en pequeñito y con el ambiente "frio" de Canada pero tanto los hoteles como las construcciones recuerdan mucho a esa ciudad tan encantadora, de hecho el idioma oficial es el francés y además el pueblo canadiense se siente muy "francés" nada que ver con el resto de Canada cuyos sentimientos patrióticos van más en la linea inglesa o americana.
El hotel cuenta con un altar , estanque de agua bendita, bancos de oración y rezo, crucifijo y todos los utensilos necesarios para celebrar una ceremonia relegiosa al estilo más "frío".
Todos los detalles están tallados en hielo al más estilo gótico eclesiástico, incluso puede pedirse un juego de luces que tiñán la estancía con los colores requeridos (azules, grises, verdes....).
Todo el hotel está totalmente construido en hielo, excepto las sábanas, mantas y sillones, la atención del personal del hotel es exquisita y ya ha sido visitado por más de medio millón de personas desde su año de construcción que fue el 2001, no tenemos datos sobre el número de bodas celebradas, pero seguro que ya cuentan con muchas.
El mantenimiento del hotel es anual ya que las formas geométricas en hielo se deterioran pasado ese tiempo, con lo que anualmente vuelven a tallarse todas las piezas muchos expertos participan en esta tarea con la misión de deslumbrar al visitante.
Toda una gozada helada.
He sacado la idea del blog de viajes En la maleta
Me encantaría probar estar en un hotel de hielo, eso sí con una buena manta y varias copillas para entrar en calor...
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